miércoles, 7 de enero de 2009

Compone…

Algo simple el día de hoy, referente a eso del teléfono descompuesto.

El contexto es el siguiente: Yo en secundaria, apático, sin amigos y la mar de antipopular.

Me llama uno de los únicos 15 amigos que tenía para hablar mal de Martha, una amiga que teníamos en común.

El querido Miguel alegaba que Martha era una chica pobre y que me suelta la verdad: Su papá era cliente de una pollería ¿¿¿¿??? Sí así es, el cliente de una pollería, digo en todo caso creo que mamá también es clienta de una pollería, venga qué tendría de malo y qué referencia en cuanto a clase te da eso.

Así que repliqué ¿y qué tiene de malo ser cliente de una pollería? –No, pendejo que es gerente de una pollería. Ah bueno, pues eso no suena tan mal pero sigue siendo gracioso. Ah, ok, es gerente de una pollería.

Nooooo!!! Pinche sordo!!! Que es GERENTE DE UNA JOYERÍA… :-S ah, güeno, sorry es que no te escucho bien. Tanta mala leche para que al final no terminara siendo tan pobre la pequeña Martha… joder!!!

Y bueno, cosas así son recurrentes en mi vida, ya que se me ha reventado como cinco veces el oído, una por nadar en el mar puerco de Acapulco y las otras cuatro por caminar sobre la nieve sin zapatos (es choro, en realidad fue por caminar descalzo por el jardín).

lunes, 5 de enero de 2009

Y sin embargo, gira...

Viaje
Quizá me arrepiento de no haber ido al viaje con mamá, me la hubiera pasado súper sin duda pero pues tenía que vivir muchas cosas por acá, eso creo.


Fiestas


Pues sí muchas fiestas, mucha bebida, mucha comida, muchas miradas y pues muchísimo baile.

Amor se escribe con “H”

Pues sí Amor se escribe con H, con H de Hasar… mi pequeño pervertido, jejeje. Sin duda Carlos es y será el amor de mi vida. En una fiesta anterior a nuestro último encuentro lo vi y me dije: “chale ¿cómo pude enamorarme de semejante cosa?” y pues resulta que llego a la posada anual de Irery y a la segunda persona que saludé fue a Hasar.

De él siempre me gustó su ausencia, su silencio… su universo sumergido en instantes de respiración. Lo curioso es que cuando lo volví a ver lo miré pleno, brillante, fuerte… incluso hasta un poco más alto, muy guapo y con un halo de paz alrededor suyo, fue cuando todo mi cuerpo lo reconoció, algo dentro de mí cedió y dijo: “claro, es Hasar, es mi Hasar… siempre ha sido él”. Si algo amo de él es que hace las preguntas precisas… sabe lo que habita dentro de mí.

Las cosas entre nosotros se arreglaron… a ver qué pasa.