martes, 16 de febrero de 2010

Cuarto menguante…

Estoy aterrorizado, esa es la verdad. Como cuando a un perro callejero le ofrecen vivir en la comodidad de una casa y se agazapa en un rincón esperando para que abran la puerta y salir huyendo.

No estoy acostumbrado a lo bueno de la vida y tengo miedo de perderlo, por eso me aferro a este momento, a estos sueños y a estas nubes que quizá se llevará el viento.

Estoy aterrorizado, esa es la verdad y no sé qué hacer con este corazón tan palpitante, tan furioso que se quiere salir, que se quiere detener en este momento para inmortalizar el torrente de emociones que siente.

Quiero salir corriendo y vivir en el egoísmo al que estoy acostumbrado, a mis noches de fiesta, de drogas y sexo con extraños, ahí me sentía seguro y no vulnerable como ahora.

Estoy aterrorizado, esa es la verdad y sé que me estoy entregando en charola de plata pero ¿qué más da? Así es como estoy acostumbrado a vivir sintiendo cada cosa, cada momento, juntando y amagando recuerdos que se convertirán en tesoros de eternidad.

Me duele aquí, señor don apóstol – le dijo Sacramento a Pajabrava, hundiéndole el índice en el costado izquierdo debajo de la tetilla -. Aquí, mire, justo aquí me arde como un demonio. Usted que sabe tanto, ¿me puede decir por qué cuando pienso en cierta muchacha me duele de tal manera el corazón?

-Para eso te lo pusieron en el pecho- lo instruyó Pajabrava-. Según le reveló Yahvé a Samuel, el corazón es el órgano del dolor y del amor, que son una sola y misma cosa. Dicen que cuando se ve abrasado en llamas es señal de fervor divino y que cuando va atravesado por una flecha quiere decir que está arrepentido. Si anda herido de cuchillo es que soporta una de las pruebas extremas a las que somete la vida; si está chuzado por espinas es que aguanta tormento por un amor humano y si sangra es porque lo han abandonado. * La Novia Oscura, pag. 313.


Estoy aterrorizado, esa es la verdad como cuando hay cuarto menguante de la luna y yo menguo con ella y hoy sé que mi corazón anda herido de cuchillo y está coronado por espinas.






viernes, 12 de febrero de 2010

Mi color favorito es el verde y el tuyo el azul

Hasta la fecha no sé dónde nos conocimos, esa es la realidad, pero sí recuerdo el primer día que lo vi, con sus lentes y su bermuda, el cómo me esperaba afuera del lugar en donde habíamos acordado encontrarnos.

Sonrío cada vez que recuerdo que al principio me cayó mal y no sabía cómo desafanarme de él. Chale, este bro es bien raro, decía en mis adentros. Pasó la noche, la charla comenzó a mejorar terminamos en un antro de darkis y pues esa noche durmió en mi casa.

Las siguientes salidas fueron divertidas, me sentía cómodo a su lado y pues me hacía sonreír. Han pasado los meses y neta me estoy clavando como chavito de secundaria; sueño con él, lo extraño aunque nos hayamos visto media hora antes, mis primas pregunta por él, mamá le manda saludos, mis amigos se refieren a él como el Danonino; digo, incluso algunos de ustedes así lo llaman.

Cuando conoció a mi mamá ella sonrió, algo que nunca pensé ver porque mamá es homofóbica y piensa que algún día me curaré. Conoce a mis perros, a mi gata jajaja conoce hasta al perico (y es neta porque mi mamá tiene un perico).

Sabe dónde vivo, conoce mi pueblo, conoce mis nopaleras y conoce el lugar donde un rayo mató a uno de mis tíos, sabe cuál es mi color favorito y mi comida preferida.

No sé si pueda presumir que sé mucho de él, sé lo que es necesario y hay días que él se asusta de lo que he llegado a conocerlo, pero creo que así es este rollo ¿no?

En estos meses hemos compartido un madral de cosas, fiestas, momentos divertidos, sonrisas, fotos, películas, sueños… hemos amanecido platicando acostados en la cama, hemos visto la misma película él en su casa y yo en la mía y comentándola por teléfono, hemos caminado horas, hemos hablado de mis cicatrices, de sus enfermedades, de sus muertos, de los míos.

Esta vez, no hubo cruz de saliva, esta vez las cosas han sido como deberían de ser, sin presiones ni malos momentos.

Puta, me encanta escucharlo, olerlo, sentirlo… me gusta que me vea hacer berrinche o que soporte mis momentos de desesperación. Me gustan sus mensajes de media noche, de 1, 2, 3, 4 de la mañana… jajaja

Neta me siento completo porque sé que hay alguien y que ese alguien está chido y entero. Me siento feliz al pensar “ese es el cabrón a quien yo quiero”, ese que un día dijo lo que otros no se atrevieron a decir “Recuerda que siempre estaré ahí, eres el oficial y siempre regresaré a ti”.

Eso es el amor chinga y lo estoy viviendo sin ataduras, sin miedo, sin reclamos y que dure lo que tenga que durar porque neta que lo amo y cuando lo miro algo dentro de mí brinca.